POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA
Empieza el ciclo escolar y la lateral del periférico sigue cerrada. Durante la temporada de calor, millones de usuarios del transporte público, de verdad, la pasaron muy mal. Con calores de treinta grados centígrados en una combi con doce a dieciséis pasajeros y un tráfico de cinco kilómetros a vuelta de rueda fue una violación a los derechos humanos, en particular de niños y jóvenes estudiantes.
La autoridad municipal cerró en su totalidad la lateral del periférico, a la altura de la incorporación hacia la avenida Jinetes, poco antes de la bajada del segundo piso hacia Arboledas. Ahí andaba un funcionario del OPDM risa y risa; según él, moviendo a sus compañeros que solo observaban cómo quedaba cerrada a la circulación esa vialidad estratégica para la movilidad de millones de personas, vehículos particulares, de carga y de pasajeros. Fue una afectación directa a la población de la Zona Norte del Valle de México.
En algún momento, se pensó que el cierre sería momentáneo y que las autoridades responsables atenderían el caso con la agilidad y rapidez requerida. Es decir, se esperaba que fuera por uno o dos días, pero el tiempo pasó y pasó y nada; la lateral siguió cerrada. Ese funcionario de pelo cano, chinito, flaco y con un palillo en la boca también desapareció. Solo quedó una unidad vehicular destartalada en un costado, abanderando el lugar del siniestro.
Gracias a Dios, llegaron las benditas elecciones y la autoridad municipal se apresuró a dejar un carril para la circulación de millones de vehículos que transitan por la zona. Algún malvado, acomedido o queda bien tapizó los puentes con mantas y lonas en apoyo subliminal a la candidata valiente, pero olvidó poner algunas pidiendo que abrieran la vialidad. Ante esa falta de solidaridad, la lateral del periférico sigue sin permitir la circulación.
Como a esa altura los usuarios hacen la parada al transporte público, la opción de circulación se reduce a un carril. Para complicar más la situación, a metros del lugar de la afectación vial, está la salida de los carriles centrales a la lateral y también es la incorporación al periférico de los vehículos que vienen del centro de Tlalnepantla y de Gustavo Baz. Durante la temporada de vacaciones de verano, la afectación solo fue para los adultos, mayoritariamente. Sin embargo, en unos días inicia el regreso a clases y esa vialidad sigue cerrada.
La autoridad municipal puede decir y argumentar lo que sea; lo cierto es que estamos ante un hecho de negligencia y de falta o ausencia de capacidad para resolver un problema sobre el que existen múltiples soluciones técnicas. Lo menos que puede hacer es informar las razones del siniestro y qué es lo que está haciendo para resolver la afectación, pero no existe ni una ni otra cosa. Cada día que pasa queda en evidencia la ausencia de autoridad; por ningún lado se ve la acción de protección civil, movilidad y del organismo del agua.
De tránsito municipal nada hay que agregar. No ves una unidad municipal ni para remedio. No están dando vialidad en ninguno de los puntos de conflicto cercanos al lugar del cierre del periférico, antes estaban a la altura del Centro de Justicia y salían como alma que lleva el diablo sobre algún vehículo para infraccionarlo, pero ahora ni eso.
No pierdan más tiempo, está de por medio la salud de los niños y adolescentes que regresan a clases. Solo pedimos que tengan respeto por sus derechos humanos. No es posible ni creíble que no lo hagan. Actúen con responsabilidad, dejen de ser solo gobierno de relumbrón.
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