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¡OPINIÓN! LETRAS DE JUAN GABRIEL



  • Surgen impericias en ”Caso Texcaltitlán”, aparece otro muerto.

  • Fiscalía admite que uno de los detenidos estaba secuestrado.

  • PRI ofrecerá disculpas para recuperar la confianza ciudadana.

  • Impera la “dinastocracia” en relevos sectoriales del tricolor.


POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ

En las últimas horas la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) dio a conocer dos sucesos que han sembrado suspicacias sobre el enfrentamiento entre presuntos delincuentes con policías ministeriales y estatales el pasado 14 de junio, en el municipio de Texcaltitlán, al sur de la entidad y donde la autoridad logró imponerse


Primero. Que uno de los detenidos fue puesto en libertad porque no era delincuente sino supuesto secuestrado, incluso, se activó sobre éste una alerta de búsqueda el mismo día del choque a balazos en la comunidad de Palo Amarillo; o sea, en un inicio lo exhibieron como sicario y al final “usted disculpe, nos equivocamos, puede irse a su casa”.



Segundo y aún más grave, que tras las diligencias realizadas el viernes 17 de junio -tres días después de la refriega- encontraron “OTRO MUERTO” entre los escombros y los casquillos percutidos, es decir, 72 horas después del intercambio de ráfagas la Policía de Investigación de la FGJEM se dio cuenta que olvidó un cadáver en el lugar; en total ya son 12 presuntos criminales abatidos.


Esas impericias en las indagatorias, que de entrada reflejan una mala preparación y descuidos en los protocolos de actuación, son las que demeritan toda una acción que, desde un inicio fue catalogada como “trascendente y heroica” por el fiscal, José Luis Cervantes Martínez.


Los ministeriales y estatales salieron triunfantes, eso habla de su habilidad táctica para defenderse; pero resultaron muy malos para auscultar, escudriñar y vigilar la escena del enfrentamiento.


No olviden que por ese tipo de desaciertos el Estado de México ya fue nota nacional e internacional en el 2014 con el oscuro episodio del “Caso Tlatlaya”. A falta de coherencia, la sospecha.


CANCIÓN, DICHO O REFRÁN

Esa canción de Camilo Sesto: “Perdóname”…

Empecemos haciendo la precisión sobre la diferencia entre “pedir perdón y disculparse”. El perdón implica un acto de humildad y en éste se reconoce la responsabilidad de un acto o daño provocado, se nutre de la sinceridad y entendimiento para no repetir lo causado. La disculpa conlleva una ligereza y hasta cierto punto evade el sentimiento de responsabilidad sobre lo ocurrido. Bien, el dirigente estatal del PRI, Eric Sevilla Montes de Oca dice que rumbo a las elecciones de gobernador del 2023 las tropas tricolores saldrán a las calles, pueblos y colonias del Estado de México a recobrar la confianza ciudadana “pidiendo disculpas en muchos casos”, o sea, por si es necesario, pero tampoco obligatorio. Para tal encomienda Sevilla Montes de Oca avienta por delante a la militancia, cuando a quienes debe poner enfrente del descargo es a su puñado de dirigentes, alcaldes, diputados, candidatos –incluyendo ex presidentes o ex gobernadores de esta y otras entidades- que le han fallado a la ciudadanía. Qué fácil es involucrar al ejército priista para que ponga el pecho a las balas. Y además soberbios; el mismo Sevilla Montes de Oca minimiza la debacle electoral del PRI al sostener que perdieron la confianza “de una parte de la población”, están viendo la tempestad y no se hincan, casi los desaparecen del mapa electoral y siguen con el discurso triunfalista.


Relevo generacional para los juniors…

Por cierto. El PRI no ha entendido ni entenderá. Por encima de su sufrida militancia siempre estará la llamada “dinastocracia” encumbrada en la cúpula del partido que se tambalea. Este lunes rindió protesta como presidente de la “Fundación Colosio” Estado de México Alfredo Baranda Sáenz, hijo del ex gobernador Alfredo Baranda. Los últimos años del junior han sido al amparo del actual líder priista, Eric Sevilla, quien de la Secretaría de Desarrollo Social ahora lo lleva al CDE priista. No es un asunto menor que Baranda Sáenz dirija la Fundación Colosio, pues en sus manos estará la celebración de los foros de consulta para la elaboración de la ‘Plataforma Electoral’ con la que competirá el PRI en las elecciones de gobernador del 2023. Más de un priista está que no aguanta su sorpresa porque de plano no le ven tamaño ni talento al hijo del ex mandatario y no ha faltado quien exprese que si de enterrar al partido se trata, van –como diría Delfina- “Requetebien”.

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