Delfina Gómez Álvarez se amarra a Palacio Nacional para integrar su gobierno.
Higinio Martínez presiona a la maestra y Fernando Vilchis se enfila al senado.
De CENDI a Centro Chelero. Así se gastó el PT Edoméx 160 millones de pesos.
Suman más versiones al catálogo de corrupción en apertura de verificentros.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
En las últimas horas nuevamente la gobernadora electa del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, acudió a Palacio Nacional para continuar con la integración de su próximo gabinete y las venideras reuniones de los equipos de transición de la gubernatura, pero también para recibir consejos de los secretarios de estado que acompañan al presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Al mismo tiempo se confirma que Delfina ha recurrido al jefe político de la Cuarta Transformación porque el senador con licencia y líder del Grupo de Acción Política (GAP), Higinio Martínez Miranda, sigue presionando a la maestra al grado de pretender para él y los suyos los espacios más importantes de gobierno del Edomex: gobierno, finanzas y obra pública.
Este jueves Gómez Álvarez mandó un mensaje claro en el sentido de que no soltara un solo centímetro de las secretarías, organismos o direcciones donde fluyen los recursos y la gobernabilidad. Por ello se reunió con Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno federal para delinear temas presupuestales, manejos fiscales, captación de ingresos y ejecución de gastos.
Delfina estuvo acompañada de uno de sus más cercanos colaboradores, Francisco Vázquez Rodríguez, quien actualmente es representante de Morena ante el Instituto Electoral, pero hay una clara señal de que sería el Secretario de Finanzas. De manera paulatina y hasta antes del 28 de agosto la gobernadora electa irá soltando uno a uno los nombres de los seguros integrantes del gabinete.
También en las últimas horas se confirmó lo que hemos adelantado en este espacio. El Alcalde Ecatepec, Fernando Vilchis Contreras se perfila para ser el candidato al Senado de la República por el Estado de México en primera fórmula para las elecciones del 2024, incluso sus bonos le alcanzarán para poner al próximo candidato o candidata a la alcaldía de Ecatepec.
También se sabe y como se adelantó en este espacio, que los amigos del Doctor Higinio ya lo empezaron a negar, como Pedro a Jesús. El primero en la lista que desconoció sus lazos políticos con Martínez Miranda fue el dueño de la franquicia del botarate Partido del Trabajo, Oscar González Yáñez (OGY)
Resulta que González Yáñez, como un buen vividor de la praxis política e igual de desorbitado que Higinio Martínez, está pidiendo secretarías, subsecretarías y direcciones como si estuviera en una kermés, al grado de cotizar al PT hasta con un 30% de la administración pública estatal.
Pero Oscar recibió una respuesta tajante y contundente por parte de Delfina Gómez: Si quiere la Secretaría del Trabajo –como fue pactada en el convenio de candidatura común- él tendrá que ser el titular de la misma. Ya nos imaginamos a OGY llegando crudo o en vivo a las reuniones de las 6:00 de la mañana con la gobernadora, ni de loco.
La respuesta de González fue entre burda y cínica, pues propuso que para la Secretaría del Trabajo sea nombrado el actual presidente de membrete del PT, Norberto Morales Poblete o el pollito, Joel Cruz Canseco. Claro, Oscar no es tonto, sabe que es la antítesis al trabajo.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
De CENDI a Centro Chelero…
Por cierto. ¿Cómo quedó el Achispado Oscar González Yáñez, dueño del PT, con el borlote de los casi 160 millones de pesos que le dio el gobierno federal de Enrique Peña Nieto, como parte de la gestión para construir un Centro de Desarrollo Infantil (CENDI)? Por si ya se le olvidó a González Yáñez, aquí le refrescamos la memoria diciéndole que esos recursos se los dio el entonces Subsecretario de Desarrollo Social, Ernesto Nemer Álvarez, en el entonces edificio de SEDESOL de Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México. Fue en tres exhibiciones y el primer cheque por 60 millones de pesos; Oscar quería aventar como responsable de recibir y justificar el dinero al entonces diputado local del PT, Carlos Sánchez, pero Nemer le dijo que debería ser alguien de la asociación civil que tenía González Yáñez y remató para argumentar una firma: “ahí te hago un garabato Ernesto”. El caso y de todos conocido en el Partido del Trabajo es que el CENDI nunca se construyó y en cambio Oscar ordenó la compra de varios terrenos, entre ellos uno frente al Zoológico de Zacango, en Calimaya; otro sobre Avenida las Torres, entre Metepec y San Mateo Atenco; y uno más en el municipio de Rayón donde construyeron un salón de fiestas con alberca y al que los propios petistas bautizaron como “El centro chelero del PT”, por las innumerables parrandas de dos o tres días que ahí se han aventado los botarates líderes del Partido del Trabajo mexiquense. Todos los predios están a nombre de diversos testaferros de Oscar González, entre ellos su sobrino del mismo nombre y apellido. El caso es que nadie del gobierno federal ha iniciado una auditoría sobre esos recursos que legalmente se debieron haber utilizado para construir y operar un CENDI, pero en la actualidad nadie estudia ahí, al menos que Oscar les imparta talleres de coctelería, mixología y shots o clases de cómo curar una resaca a sus muchachos. Ahí está una pista por si la maestra quiere sacudirse las presiones del tal OGY.
Y hablando de Paseo de la Reforma…
Uno tras otro. Así son los imparables capítulos del sainete de corrupción en la gestión y otorgamiento de las concesiones para la operación de verificentros desde la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Estado de México y en el que –según versiones de empresarios que pronto harán las denuncias penales- están involucrados funcionarios públicos y gestores que se habrían enriquecido pidiendo moches a los inversionistas de estos giros. Ahora se sabe, por filtración de algunos empresarios del ramo, que las maletas de dinero que daban ‘como enganche’ para tramitar y obtener su concesión de verificentro las tenían que llevar a un hotel ubicado en Paseo de la Reforma, frente a la Diana Cazadora, de la Ciudad de México. En uno de los pisos más exclusivos del edificio, los voluntariosos capitalistas eran recibidos con su aportación en efectivo. “Las maletas, según la capacidad de negociación pesaban entre 5 y 10 kilos”, me afirmó sin tapujos uno de los empresarios que visitó este famoso hotel.
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