POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA
Ni hablar, Santa Fe Klan no conoce a Xóchitl. ¡No la conozco, pues! no sabía quién era. Yo no sé de esto… y yo apoyo a quien apoya el barrio. Tómala, chiquita y no te la acabas. Eso sí dolió plebes, pegó bajo y fuerte. Eso pesa más a “la candidata fenómeno por un día” que los treinta puntos de diferencia que le lleva Claudia, total nada más son como catorce millones de votos: el 56.2 contra 26.1 por ciento refleja la suma de errores de la desubicada derecha.
Por más que Xóchitl diga que en su equipo no está rodeada de pendejos ni de rateros no acaba de recomponer el rumbo. No hay una cabeza serena que haga un alto en el camino y organice la campaña, ya no para aspirar a ganar la presidencia del país, para eso ya no les alcanza. Cualquier medida al interior de su (lost) war room únicamente da para no perder con mayor diferencia la elección presidencial y mantenerse en la competencia por las pluris.
Seguir con la campaña de desprestigio al presidente y a su gobierno es un boomerang, es la botellita de jerez, todo lo que digas será al revés. Ejemplo de ello es la salida de “la güerita”, Azucena Uresti, del noticiero estelar de Milenio Televisión. Lanzaron una burda campaña en redes para pasarla como víctima de la censura presidencial. La posverdad (la mentira) puede ser espectacular, dar risa y hasta conseguir cierto número de seguidores, pero no han logrado revertir la tendencia favorable de la candidata morenista, que cerró fuerte la precampaña. Es preocupante lo que ocurre a la coalición Fuerza y Corazón por México; no tanto por lo que sean capaces de mejorar, no lo hicieron en la precampaña, el riesgo está en que surja alguna cabecita excitada que sugiera medidas más drásticas para detener la continuidad de la 4T.
Siempre existe el recurso de la violencia. Motivar actos que la promuevan y la detonen es una opción de la desesperación y ellos están desesperados y enojados. Por lo pronto, no han dejado de hacer campaña echando mano de la inseguridad; niegan toda responsabilidad de sexenios pasados, que bien podrían ser juzgados por delitos de lesa humanidad y lanzan discursos agresivos culpando al presidente de la desgracia que sufre el país por la acción del crimen organizado que, precisamente, se encumbró con ellos. El colmo del cinismo es que su candidata hizo un cierre en Acámbaro, Guanajuato, atribuyendo la responsabilidad de la inseguridad que azota a la entidad ¡al gobierno federal!
En el orden de lo local, en el municipio de Tlalnepantla de Baz las cosas no son diferentes ante los ecos de una inevitable derrota. La administración en turno ha echado mano de la policía municipal para intimidar a militantes, simpatizantes y promotores de Morena. Es penoso usar a la policía para evitar eventos o actos de los líderes morenistas, pero más lamentable es lo que dicen los propios policías: son “órdenes del de arriba”. La policía arma el operativo y se disculpa: Usted perdone jefe (a) son instrucciones de que no los dejemos. ¡Ya ve cómo son estos cabrones!
La propia autoridad municipal está buscando la manera de culpar a la gobernadora de la falta de agua en la ciudad. Quiere lanzar la piedra de su incapacidad y ambición desmedida. No hay agua para los vecinos, pero todos los días decenas de pipas llenan en los pozos de Tlalnepantla y la venden. El negocio es el negocio. Esperemos que reflexionen y paren la robadera y eviten el uso de la fuerza contra la oposición.
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