2024. La serie
- Redacción: La Noticia Es
- 17 mar
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POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA
Ese fue el primer día en que la deuda en tesobonos llegó a ser superior a los recursos que había para respaldarlos. Situación que ya no se revirtió para el resto del año. Con el asesinato del diputado electo, José Francisco Ruiz Massieu, ocurrido el 28 de septiembre de 1994, cuñado del presidente Salinas y futuro coordinador de los diputados federales del PRI, las reservas internacionales del país volvieron a caer y se ubicaron en 16 mil 139 millones de dólares, mientras el valor de los tesobonos creció a 20 mil 498 millones de dólares. Los tesobonos llegaron a estar en 4 mil 329 millones de dólares más que las reservas internacionales. La devaluación fue inevitable. La fuga de capitales fue acelerada. Según Ezra Shabot, “Las reservas internacionales descendieron hasta los 12 mil 471 millones de dólares; en un mes se fugaron 4 mil 771 millones de dólares”.
Tratando de encontrar un entendimiento, hubo una reunión privada entre Salinas y Zedillo. El presidente entrante quería devaluar y el saliente se oponía, Pedro Aspe amenazó con renunciar a su cargo de secretario de Hacienda, porque había hecho compromisos con inversionistas internacionales para que mantuvieran sus capitales en México a cambio de no devaluar. Efectivamente, “la economía estaba sostenida con alfileres”. Y Zedillo se los quitó. Salinas pidió a Zedillo que Pedro Aspe continuara al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pero la propuesta fue rechazada.
En 1994 se fugaron 23 mil 402 millones de dólares. El 22 de diciembre de 1994, las reservas internacionales del país eran de 5 mil 854 millones de dólares, la deuda en tesobonos era de 20 mil 947 millones de dólares. Las arcas del Banco de México se vaciaron; de 1995 al año 2000, un millón 209 mil mexicanos migraron a Estados Unidos. Hubo muchos suicidios de personas endeudadas que no vieron otra salida.
La declaración de una moratoria era una amenaza real de México a sus acreedores. Para Robert Rubin, secretario del tesoro, “si México incumplía con sus obligaciones extranjeras, la fuga de capitales se aceleraría y el peso podría colapsar todavía más, disparando una inflación severa, y una profunda y prolongada recesión, sumada a un gran desempleo”. Los Estados Unidos se verían afectados por el incremento de la migración de mexicanos y el TLC perdería fuerza por la situación económica de México. El presidente William Clinton, al no tener el apoyo del Congreso de su país, tuvo que recurrir a una orden ejecutiva para apoyar a México y otorgar una línea de crédito hasta por 20 mil millones de dólares del fondo de estabilización cambiaria estadounidense y rescatar a su socio comercial.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Pagos también ofrecieron apoyar la emergencia mexicana. Así, las líneas de crédito sumaron más de 50 mil millones de dólares que el gobierno de Ernesto Zedillo podría utilizar. Las tasas fueron altas para obligar a México a pagar lo más pronto posible. La factura petrolera fue utilizada como fuente de pago. El costo social fue lapidario.
El desempleo pasó del 3.7 al 6.2 por ciento de población en 1995. Al cierre de 1994, el 21 por ciento de la población estaba en pobreza alimentaria y el 55 por ciento en pobreza patrimonial; un año después, 30 por ciento de la población pasaba hambre y casi 70 por ciento era capaz de cubrir sus necesidades de alimentación; tenían un ingreso tan bajo que no alcanzaba para adquirir el mínimo indispensable de vivienda, vestimenta, calzado y transporte para cada uno de los miembros de la familia.
Continuará…
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